Desde hace un par de años, cuando vimos Los Amantes Pasajeros (2013), Almodóvar tenía una deuda con aquellos que hemos celebrado (reído, llorado, gozado, suspirado) su cada vez más extensa obra cinematográfica. Julieta, su vigésima película, es un buen regreso a ese mundo tan propio del director, a ese entramado de emociones, silencios, miradas, colores y canciones…