A SECRET LOVE (2020)

“Once I had a secret love that lived within the heart of me.

All too soon my secret love became impatient to be free.

So I told a friendly star the way that dreamers often do,

just how wonderful you are and why I’m so in love with you.

Now I shout it from the highest hills, even told the golden daffodils.

At last my heart’s an open door and my secret love is no secret anymore”.

Secret Love de Doris Day

A secret love (2020), documental dirigido por Chris Bolan y producido por Ryan Murphy, cuenta la historia de Terry Donahue y Pat Henschel, dos lesbianas nonagenarias que han sido pareja en secreto durante casi 70 años. Con un material de archivo fotográfico y audiovisual maravilloso y una cámara intimista que deja que las palabras y los gestos de sus dos protagonistas hablen de manera elocuente, este documental de Netflix retrata una excepcional historia de amor con un final feliz (prepárense para unas cuantas lágrimas), pero que al mismo tiempo sopesa las consecuencias de atreverse a ser gay en el siglo XX.

Por una parte, el director, sobrino nieto de Terry, no defrauda al presentarnos de manera entrañable el amor que estas dos mujeres se profesan. Conocemos no sólo su vida cotidiana de jubiladas, dedicadas principalmente a cuidar su salud mermada por los años, sino también su larga historia, que comenzó en 1947 cuando Terry, mientras pertenecía a la revolucionaria liga de béisbol femenino (la que inspiró A League of Their Own, 1992), conoció a Pat. El documental nos permite entrar en su casa, donde todos los rincones están llenos de objetos que rememoran tanto los grandes hitos como los efímeros acontecimientos del día a día que dan materialidad y sentido a esta relación. Una casa que, para su tristeza, deben pensar en dejar atrás porque la soledad que han habitado tan cómodamente se ha convertido en un riesgo para su salud. Durante la búsqueda de su nuevo destino podemos sentir el amor jovial que pervive, conocer esos amigos queer que se han vuelto tan o más cercanos que sus propias familias, y sobre todo ver la diversidad de matices de una relación de tanto tiempo. 

Por otra parte, sin perder nunca un tono esperanzador, Bolan no pasa por alto la tristeza inherente a una historia de amor que ha permanecido oculta a causa del temor al rechazo familiar y a las leyes que crimininalizaban la homosexualidad. Desde el principio nos enteramos de que Terry y Pat decidieron presentar su relación ante sus familiares, incluida la madre de la primera con quien la pareja convivió durante varios años, como la de dos buenas amigas que vivían juntas para sobrellevar mejor los gastos. Esta versión de su relación sólo dio paso a la verdad a inicios de los 2010, 65 después de estar juntas. La secuencia en la que Terry relata cómo, con casi 90 años, “salió del clóset” con su sobrina Diana, a quien quiere como una hija, impacta porque genera tanta ternura como tristeza. Así como la reafirmación de su identidad sexual y el reconocimiento público de Pat como su pareja transmite profunda alegría, también es doloroso escuchar cómo Terry a su edad sigue temiendo perder el amor de sus seres queridos. Sumado al miedo ante el rechazo familiar, conocemos la persecución social que gays y lesbianas sufrieron durante los años 50, cuando asistir a los bares donde se permitían las expresiones diversas de la sexualidad era arriesgarse a ser violentados y encarcelados por las autoridades. Nada habla más claro sobre esto que las cartas de amor que Pat enviaba a Terry, pero que tienen la parte inferior rasgada para prever que, en caso de ser descubiertas, nadie tuviera pruebas de que se trataba de una mujer escribiéndole a otra.

Sin duda alguna, A secret love es un documental enternecedor e inolvidable, una historia sencilla pero significativa de la rebelión de Terry y Pat ante las expectativas sociales no sólo a través de su identidad como lesbianas, sino de su opción por vivir la feminidad a través del deporte, la independencia económica y la reinvención del concepto de familia. Creo, además, que el relato de estas dos mujeres mayores que pueden reconocerse y celebrarse como lesbianas y como pareja abre aún más espacio para la representación de identidades queer en plataformas mainstream. Aunque he leído a algunos que consideran que este tipo de apuestas audiovisuales de compañías como Netflix (especialmente las producciones de Ryan Murphy) sólo responden a la excesiva corrección política de moda, yo estoy convencido de que, para quienes no nos sentimos del todo cómodos en un mundo heterosexual, patriarcal y machista, siempre será un motivo de esperanza ver en la pantalla a alguien que ame, desee, sufra y luche como nosotros. Estos son pequeños pasos para que al final ninguna persona deba vivir un amor en secreto por temor y podamos escuchar siempre aquello que su familia le dice a Terry al enterarse de su relación: “now you can tell your stories” (ahora puedes contar tus historias).

Terry y Pat.

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