SEÑORITA MARÍA (2017)

senoritamaria7nov2017
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María Luisa, “solo y discriminado”

Señorita María, la falda de la montaña (2017) me estremeció. Me puso a pensar en la soledad y me entregué por completo a su angustia, a ese dolor desgarrado entre el que se cuela alguna sonrisa cándida, coqueta, y un cántico de misa… Gracias a esta narración de Rubén Mendoza me acerqué a la vida de una mujer que defiende la falda como un símbolo de identidad y de subjetividad y de lucha y de resguardo. Rescato muchos elementos del documental, que sacuden al espectador y lo reubican en un espacio en que “ser solo” es lo cotidiano, y en donde la señorita María se construye y defiende a diario un ser que no negocia su identidad.

Las cámaras, que, para mí, se debaten entre el juego (unas tomas móviles, personales, desenfocadas) y lo clásico (planos de las montañas de Boyacá y, específicamente, Boavita) van mostrando un viaje que empieza y termina en la carretera, la que María recorre sin prisa para llevar su trabajo a las casas vecinas. En el mismo nivel de lo narrativo, me gusta que Mendoza decida dejar su voz, sus preguntas como parte del documental y que deje clara la cercanía que María estableció con él y su equipo. Porque es evidente que encontrarla debió ser una tarea difícil y que ella valora la cámara como ese chance para contarse y contar lo que es, lo que ignora, lo que le duele y lo que piensa.

La Señorita María 2017
La Señorita María.

La forma en que los testimonios ajenos y propios van construyendo a ese personaje aumenta la desolación y la sensación de que, junto a ella, todos estamos arrojados. Y hablando de esta construcción, es maravilloso lo que dice, como habla y les habla a los animales, como se concibe y se explica; cómo llora por su orfandad, cómo critica sin hacerlo nuestra intolerancia heredada y reproducida, cómo anhela haber estado en la escuela y aprender cosas…cómo ha construido una relación espiritual de complicidad con la Virgen y con Jesús, que iluminan su nombre y le ayudan a soñar que puede tener un bebé, por ejemplo. Este trabajo pone en conflicto las concepciones típicas del género, demuestra cómo las estructuras sociales y culturales restringen la mismidad y muestra las luchas diarias, en campos y en ciudades, en salones y en iglesias, en tierra fría y tierra cálida, que hay que emprender para ser. Recomiendo este documental, que alarga la lista de producciones nacionales retadoras, de alta calidad y de profunda sensibilidad.

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