Después de haberse acercado con KOYAANIQATSI a los efectos que ha tenido en la naturaleza el desarrollo de la «vida moderna», principalmente en los países desarrollados, Godfrey Reggio decidió realizar un nuevo documental que muestra el conflicto que ha generado en los países del Tercer Mundo el encuentro entre los modos de vida nativos y la irrupción de la industrialización. En esta ocasión también ha utilizado un término Hopi para nombrar su obra: POWAQQATSI. Traducido como «vida en transición», pero que en su sentido más genuino se refiere a un modo de vida parasitario, donde un organismo se aprovecha del otro para subsistir. Con POWAQQATSI, editada seis años después de su primera película (1988), Reggio ha abierto una ventana para que las sociedades nativas de Asia, África, el Medio Oriente y América del Sur se muestren a sí mismas a través de su trabajo y sus propias tradiciones.

Mientras que KOYAANISQATSI mostraba el desequilibrio existente entre la naturaleza y la sociedad moderna, POWAQQATSI es una celebración del esfuerzo artesanal, de la experiencia religiosa y de la creatividad que define una cultura particular. A su vez es una celebración de la rareza de las culturas -la delicada belleza de los ojos de un niño indio, la riqueza de un tapiz tejido de Kathmandu- y una observación de cómo éstas se mueven hacia el ritmo universal que se les ha impuesto. Por esto mismo POWAQQATSI muestra como una denuncia la seducción de la mecanización y la tecnología, de las mega ciudades en crecimiento que tienden a devorar las minorías culturales.
Sin embargo, POWAQQATSI, según Reggio no es un documental sobre qué debería o no debería ser:
Es una impresión, un examen de cómo la vida está cambiando. Eso es todo. Existe el bien y existe el mal. Lo que hemos querido capturar es nuestra unanimidad como cultura global. la mayoría de nosotros tendemos a esto, atrapados en nuestras trayectorias particulares. Fue fascinante reunir todas estas diferentes existencias en una sola película.
POWAQQATSI es, entonces, un registro claro de la diversidad y la transformación, de culturas que mueren y prosperan, de la industria que existe sólo para su propio bien y los frutos de la labor individual de muchos; un registro presentado como una sinfonía de la humanidad integrada.
Al igual que en la primera película, la música ha sido realizada por Philip Glass, quien utilizó instrumentos nativos, clásicos y electrónicos para crear una banda sonora que amalgama los sonidos tribales con los de nuestro tiempo. A diferencia de KOYAANISQATSI, se integran aquí a la música diversas voces, especialmente de niños de África y América del Sur, que manifiestan de manera clara la intención de la película.
Pueden descargar aquí el archivo torrent de POWAQQATSI y también la impresionante banda sonora. Disfruten de esta particular obra de arte que, como nos decía Reggio antes, nos invita a arriesgarnos a crear nuestra propia interpretación de los que sucede en nuestro mundo actual.
me han hablado bien de ellas y quiero verlas cracias
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¡Pues son buenísimas! Difíciles de conseguir, pero vale la pena. A mí, personalmente, la que más me gusta es la primera de la trilogía.
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